¿Vivir en Shanghái o en otro lugar?

Fred Marcus

Fred Marcus

Durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, millones de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares. Incluso dos años después del final de la guerra, todavía hay alrededor de un millón de personas en campos de desplazados en Europa y otras partes del mundo que esperan la posibilidad de emigrar. A pesar de la grave situación humanitaria, muchos países siguen aplicando políticas selectivas de inmigración y cuotas por país de origen.

Durante los años de la posguerra, los refugiados apátridas en Shanghái se encuentran en una situación cada vez más precaria. Con la retirada de las fuerzas japonesas de China, se intensifican las tensiones políticas internas entre el Kuomintang nacionalista liderado por Chiang Kai-Shek y la oposición comunista dirigida por Mao Zedong. Al principio, la lucha se limita a las zonas rurales del norte de China, pero a medida que los comunistas avanzan hacia los centros urbanos, los refugiados sienten una urgencia creciente de abandonar Shanghái para tener un hogar más permanente.

La salida de los refugiados judíos de Shanghái comienza a principios de 1947. Una vez más, los miembros de la comunidad de refugiados se encuentran en la búsqueda urgente de posibles lugares pare emigrar, aunque las puertas no se abren fácilmente para ellos. Apelan a contactos y organizaciones de apoyo en el extranjero para obtener ayuda.

Tarjeta y adhesivo enviados por refugiados con peticiones de ayuda a familiares y amigos en Europa.

Audrey Friedman Marcus y Rena Krason, Survival in Shanghai: the Journals of Fred Marcus 1939-49. Berkeley: Pacific View Press, 2008.

Fred, con la incertidumbre de dónde está su futuro, se lanza a la emocionante Shanghái de la posguerra. Su transición a la vida adulta, con la libertad recién descubierta, es estimulante y desafiante. Sostenido por la energía y la emoción de estos años, Fred vive sobre todo en el presente. En octubre de 1945, encuentra trabajo en uno de los principales hoteles de la ciudad, el Cathay, donde se alojan muchos militares estadounidenses de alto rango. Puede residir en el hotel y disfruta de una vida cómoda; tiene un amplio y creciente círculo de amigos y conocidos que incluye a otros refugiados, colegas del hotel, periodistas, trabajadores humanitarios y estadounidenses apostados en la ciudad. Adopta el nombre Fred en lugar de su nombre de pila, Fritz. 

Página del álbum de fotos de Fred, con una leyenda manuscrita. Las fotografías son de 1947, pero Fred las reunió en un álbum y agregó leyendas en inglés más adelante.

Cortesía de Audrey Friedman Marcus

En 1947, los refugiados judíos que pueden obtener visas de inmigración comienzan a salir de Shanghái, con destino a los Estados Unidos, Canadá, Australia e Israel (o Palestina, antes de la creación del Estado de Israel en 1948). Muy pocos deciden regresar a Europa. Estados Unidos es uno de los destinos preferidos, a pesar de la relativa dificultad para obtener una visa.

Fred registra en su diario la partida de un amigo tras otro, pero no hace ningún esfuerzo serio para irse. Parece aferrarse a la vida que conoce en Shanghái, aunque sea transitoria. A medida que pasa el tiempo, y a medida que cada vez más y más amigos parten para comenzar una nueva vida en otro lugar, se encuentra en medio de una crisis existencial. Después de despedir a tantos amigos y conocidos, entre ellos su amigo más cercano, Theo "Ted" Alexander, quien se dirige a los Estados Unidos, Fred finalmente se decide a tratar seriamente de conseguir una visa de inmigración a los Estados Unidos. Inicialmente, duda, con la intención de ahorrar al menos $1,000 para calificar como inmigrante individual, tal vez por una cuestión de orgullo. Pero en 1948 decide solicitar la inmigración en una declaración jurada colectiva.

Extracto de la autobiografía inédita de Fred

Martes, 1.º de julio de 1947: Ahora, el problema principal en la vida es la nueva emigración que tenemos por delante. Todos los inmigrantes se encuentran en una especie de psicosis, que, naturalmente, se apodera de cada uno al ver a sus queridos amigos y familiares irse uno tras otro. Además de esto, las condiciones actuales aquí son tan inestables y desordenadas que nadie sabe lo que pasará el día siguiente. Financieramente, cada mes gano menos, ya que el dólar sube todo el tiempo.

Básicamente decidí ir a los Estados Unidos por los siguientes motivos: 1) Toda mi familia se está trasladando para residir allí. (...) 2) Creo que en los EE.UU. existe la posibilidad de grandes desarrollos comerciales, aunque estoy al tanto de los informes que dicen que tendría que empezar desde abajo. 3) Quiero vivir en una civilización donde haya igualdad de derechos y sea respetado. 4) Quiero dejar de ser un refugiado apátrida.

Mis posibilidades de emigrar son actualmente nulas. Sin embargo, espero obtener una declaración jurada a través de a) Miriam Stiglitz, o b) Gerhardt Abraham, o c) el tío Martin, o si nada de eso funciona, a través de d) la declaración colectiva [the American Jewish Joint Distribution Committee]. Julius Tuchler puede proporcionar una declaración jurada colectiva, pero preferiría obtener una declaración jurada individual, porque gracias a Dios, he podido independizarme de las acciones colectivas y quiero seguir así.

Sin embargo, por el momento, he decidido esperar.

Cronología de Fred Marcus

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