Muchos establecimientos prohíben la entrada a los judíos, pero algunas puertas permanecen abiertas

Fred Marcus

Fred Marcus

Durante la primavera y el verano de 1938, una serie de decretos imponen restricciones cada vez más severas a la participación judía en actividades económicas en Alemania. Estas restricciones económicas van acompañadas de una limitación en el acceso a la vida social, ya que teatros y restaurantes, entre otros lugares, cierran sus puertas a los judíos.

Transcripción

Fred Marcus: En aquella época era un gran fanático del cine, al igual que ahora. Cuando tuve la edad suficiente para salir solo, solía recibir mi mesada e ir al cine, generalmente los sábados por la tarde, solo, en el vecindario, cerca de esa escuela secundaria.

Un día llegué a mi cine favorito para ver la película que proyectaban en segunda función; no era uno de esos grandes palacios. Y veo un letrero en la ventana, donde la señora se sienta en la taquilla de vidrio, justo allí donde están los horarios de las proyecciones. Y dice, de manera muy educada, en alemán, "Juden unerwünscht". "No se aceptan judíos." No prohibido; no era un... era un letrero que decía "Juden unerwünscht". Y allí, parado, con mi dinero en el bolsillo, tras haber planeado cuidadosamente qué película ver, a qué hora ir, todo solo en la acera, mirando ese letrero, tuve mi primera crisis de identidad como judío.

Y contaré la segunda historia que tiene que ver con una película, […] que se relaciona con la muerte de mi madre. Murió muy joven, a los 51 años. Y por extraño que parezca, se podría decir que su muerte salvó mi vida y la de mi padre, al menos por un tiempo limitado. Después de haberla enterrado y cremado, muchos de nuestros amigos no judíos se extendieron; en 1938, todavía había contacto social libre. Todo el mundo tenía amigos no judíos, como los judíos estadounidenses tienen amigos no judíos.

Querían hacer algo agradable por mí y me invitaron a su casa a tomar una taza de café y comer pastel. Después, como regalo, me iban a llevar al cine, a ver una película. Era uno de los cines del centro, con letreros de neón y vestíbulo de mármol.

Y, cuando llegamos allí, por supuesto, estaba colgado en la ventana el mismo letrero que había visto en el cine pequeño. Cuando lo vi, le dije a la pareja de amigos que me había invitado: "Muchas gracias por el café y el pastel, pero creo que lo mejor es que me vaya ahora". "¿Por qué? ¿No quieres ir al cine con nosotros?" Les dije: "Bueno, es que no me quieren aquí".

Y así, al igual que la primera vez, por segunda vez me negué a entrar. Llamaron por teléfono a mi padre para quejarse y decirle que era un niño muy ingrato. Estaban tratando de hacer algo bueno por mí, y yo no aceptaba su hospitalidad.

Un dato incidental interesante es que, cuando aparecieron estas primeras restricciones, las Leyes de Núremberg establecían que un cristiano no podía casarse con un judío, las leyes de pureza arias, o estos carteles en los cines. Eso me explicaron, incluso estas dos personas. Ella dice: "No quieren decir eso. Solo tienen que poner el letrero porque, si no lo hacen, se meten en problemas con los nazis. Puedes entrar. Es solo un... ya sabes. No quieren decir eso." Pero yo no quise entrar.

"Todo el mundo tenía amigos no judíos, como los judíos estadounidenses tienen amigos no judíos."

Archivo de Historia Visual de la Fundación Shoah en USC, entrevista 9214

Letrero antisemita que dice "Juden sind hier unerwunscht" (No se aceptan judíos).

Un letrero antisemita como el que describe Fred. Dice "Juden sind hier unerwunscht" (los judíos no son bienvenidos aquí).

Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos

Fred Marcus en el zoológico de Berlín

Fred con el guepardo, Pardi, en el zoológico de Berlín, agosto de 1938.

Cortesía de Audrey Friedman Marcus.

El apartamento de los Marcus no está lejos del zoológico de Berlín. A pesar del entusiasmo del director Lutz Heck por el nacionalsocialismo, el zoológico permanece abierto a los visitantes judíos hasta 1939. Fred lo visita con frecuencia y llega a conocer a los cuidadores, quienes con el tiempo le permitieron ayudar con la alimentación y el cuidado de los animales. Esta foto de Fred con el guepardo Pardi se tomó en agosto de 1938. Continuó visitando regularmente el zoológico hasta que él y su padre se fueron de Berlín en marzo de 1939, justo antes de que el zoológico cerrara sus puertas a los judíos.

El zoológico de Berlín, al igual que gran parte de Berlín, sufre daños graves durante la guerra. Solo sobreviven unos 90 animales.

Cronología de Fred Marcus

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